En su primera acepción del diccionario la
palabra “inicial” remite a lo perteneciente o relativo al origen o principio de
las cosas. Esto ya es de por si cautivante pero lo es mucho más cuando este
origen se hace infinito, no siendo ya un mero punto de partida sino un continuum de creación permanente. Nada
más cercano a lo que la poesía es como esta imagen de una inicial infinita.
Con este libro, construido en varias partes o
secciones, Daniel Gayoso nos sorprende con una constelación de registros, tonalidades,
ritmos y respiraciones de su voz poética, pero en ningún momento esta variedad
pone en riesgo el estilo con el que ha ido
hilando su obra y que ya le conocemos. Un estilo altamente depurado y
concentrado en la significación polisémica de cada palabra, verso o estrofa.
Los poemas de la última serie,
de una importante amplitud temática que va desde la mítica fantasía humana de
volar hasta las tribulaciones de un monje en una catedral y su fe y compromiso
puestos en duda, expuesto a su debilidad de espíritu pero que no abandona, aún
en la dificultad o en la derrota, su ascensión a la visión de la verdad deseada
o temida, son estos poemas, decía, una suerte de peldaños o etapas de un viaje
de iniciación en el que no faltarán la duda, el desespero, los asedios, la
dispersión en lo múltiple y aun la resignación ante la derrota, como queda
expuesta en el abrumador cierre del poema “Final de la saga”
Comentario de Carlos
Dariel, poeta y coordinador de Ciclos de poesía.